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Operación “Oro Rojo”: La caída de una red internacional que robaba el alma metálica de Chile

Desde Calama hasta Quilicura, pasando por Antofagasta, La Serena, Coquimbo y Valparaíso, los delincuentes organizaban una cadena de valor ilícita que comenzaba con el robo de cables y terminaba en containers rumbo al extranjero

Durante casi dos años, un trabajo sigiloso, metódico y cargado de inteligencia policial se tejía en silencio. Bajo el nombre de Operación “Oro Rojo”, autoridades chilenas y policías especializados escribieron una historia que hoy se cierra con un contundente golpe al crimen organizado internacional: 18 personas detenidas, toneladas de cobre incautadas y un millonario botín confiscado.

La investigación conjunta entre la Fiscalía de Focos Investigativos de Coquimbo y la Brigada de Investigación Criminal de la PDI, reveló una estructura criminal que operaba como un reloj suizo. Su negocio: el robo, procesamiento y exportación de cobre chileno a destinos tan lejanos como India y Bélgica.

Desde Calama hasta Quilicura, pasando por Antofagasta, La Serena, Coquimbo y Valparaíso, los delincuentes organizaban una cadena de valor ilícita que comenzaba con el robo de cables y terminaba en containers rumbo al extranjero. Pero el golpe final no vino por sorpresa: fue el resultado de una paciente y quirúrgica operación policial que incluyó allanamientos en más de 20 domicilios, la incautación de 160 millones de pesos en efectivo y moneda extranjera, además de 10 vehículos y un impresionante arsenal de evidencia. “Esta es una de las operaciones más relevantes en la lucha contra el robo de cobre en Chile. Logramos 15 prisiones preventivas y acreditamos delitos como lavado de activos, asociación ilícita y contrabando”, señaló el Fiscal Regional de Coquimbo, Patricio Cooper.

El botín metálico de la red era vasto: más de 50 mil kilos de cobre en distintas formas —cátodos, lingotes, cables, láminas—, acopiados, fundidos y listos para ser exportados bajo la fachada de «chatarra». Una maniobra que fue frenada en seco gracias al trabajo coordinado de la PDI, Aduanas, el Ministerio Público y las autoridades regionales.“No solo estaban robando cobre; estaban afectando la calidad de vida de miles de chilenos, especialmente en zonas rurales donde los cortes por robo de cables son constantes”, expresó el Delegado Presidencial Galo Luna.

En el puerto de Valparaíso, también se detectó un container con 23 toneladas del llamado “metal rojo”, listo para abandonar el país. Gracias al respaldo técnico del Servicio Nacional de Aduanas, el cargamento fue interceptado a tiempo.

El caso, aseguran las autoridades, marca un antes y un después en la persecución penal del robo de cobre en Chile, uno de los delitos que más afecta la infraestructura crítica y la seguridad energética del país.

La Operación Oro Rojo no solo incautó toneladas de metal. Incautó poder, desarticuló redes, y envió un mensaje claro: el crimen organizado sí puede ser alcanzado, incluso cuando cree operar desde las sombras.

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